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El tipo de dieta que tengamos es crucial para mantener un buen estado de salud general

«Somos lo que comemos» y adoptar hábitos saludables de alimentación puede ser definitorio a la hora de prevenir una serie de trastornos y enfermedades tan comunes en nuestras sociedades hoy día.

Nuestra dieta debe incluir: cereales, frutas y verduras como base y además debe complementarse con lácteos, huevos y carnes. Lo ideal es comer cinco porciones de frutas y vegetales al día, esta cantidad suministra los antioxidantes y la fibra necesarios para reducir las enfermedades cardíacas y para mantener un peso sano (una porción equivale aproximadamente a la mitad de una fruta, o media taza de frutas, o media taza de vegetales).

Es muy importante el aporte de fibra que nos proporciona (además de las frutas y verduras) alimentos como ser el germen de trigo, la avena, las semillas (lino, girasol, sésamo), las legumbres, frutas secas y avena entre otras. Esto mantendrá un excelente funcionamiento intestinal con un buen aporte de proteínas, minerales y carbohidratos.

Desayunar es una sana costumbre que deberíamos ejercer diariamente. Muchas veces salteamos esta comida (que debería ser la más importante del día) ante en el apuro por salir corriendo al trabajo o al centro de estudio. ¿Por qué es tan importante?. Es la primera ingesta, luego de 8 a 10 horas de ayuno nocturno. Es un hábito alimentario que llega a condicionar el estado físico, psíquico y nutricional, no solo de niños y adolescentes, sino de todas las edades.

Entre los beneficios de realizar un buen desayuno encontramos que mantiene un adecuado estado nutricional ya que contribuye a conseguir un correcto aporte nutricional. Mejora el rendimiento intelectual y físico, ayuda a reducir o mantener el peso corporal, favorece el tránsito intestinal y mejora los niveles de colesterol sanguíneo.

Reducir el consumo de carnes rojas y chacinados en tu dieta, estos aportan grasas y pueden subir los niveles de ácido úrico en el organismo que producen enfermedades como «gota» entre otras. Además estos alimentos generan toxinas debido a que su digestión es más lenta, por lo que para deshacerse de ellas, el cuerpo deberá invertir más energía.